He pasado unos días de enero en Marrakech y en la costa de Essaouira. Aunque la ciudad ha crecido y ha perdido parte de su encanto en favor de un turismo cada vez más abundante, sigue siendo un placer pasear por las callejas de su zoco, perderse entre los puestos de comida de la Jamaa el Fna al caer la tarde, tomar un café en el France o visitar el jardín Majorelle restaurado por su último propietario Yves Saint Laurent. Marrakech es una de las ciudades más limpias de Marruecos y, desde luego, mucho más que muchas ciudades españolas. Es de esperar que la onda reivindicativa de Túnez llegue algún día a Marruecos y las conquistas sociales de otros países se instauren de una vez en el Magreb.
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Un puesto de artesanía bereber en el zoco de Marrakech |
Essauira ha crecido, y está llena de surfistas que no debían existir en la época en que Jimmy Hendrix la visitaba. De Essauira nos trajimos un par de juguetes fabricados con todo el ingenio y la creatividad del mundo y con la mayor escasez de medios por un abuelo socarrón. También compré unas decenas de gramos de pigmentos naturales con nombres evocadores: rosa caddé, rojo coquelicot, azul majorelle, piedras de azul índigo, verde turquesa... a dirham y medio al gramo. Espero utilizarlos muy pronto.
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El colorido de un puesto de hierbas aromáticas en el zoco |
I spent a few days of January in Marrakech and the coast of Essaouira. Although the city has grown and has lost some of its charm due to increasing tourism, ít's still a pleasure to walk through the alleys of the souk, to get lost among the food stalls in the Jemaa el Fna in the evening, to drink a coffee in the "France" or visiting the Majorelle garden restored by its last owner Yves Saint Laurent. Marrakech is one of the cleanest cities in Morocco and, of course, much more than many Spanish cities. It'll be desirable that the awakeness that is shaking Tunisia will reach Morocco and the social conquests of other countries will peacefully find its place in all the Maghreb.
Essaouira has grown and is full of surfers who were not there at the times that Jimmy Hendrix would visit it. From Essaouira we brought a couple of toys made with great scarcity of resources but lots of ingenuity and creativity, by a cunning oldman. I also bought a provission of natural pigments with evocative names: cadde pink, red coquelicot, majorelle blue, indigo blue stones, turquoise... a dirham and a half a gram. I hope to use them soon.